Capítulo 06.
Luego de que Jimin se fuera Jungkook también se levantó y salió de su oficina tras tomar su saco del perchero. Se dirigió al estacionamiento subterráneo del edificio, recién salía del elevador cuando su auto ya estaba delante suyo.
La chica se bajó del auto, le entregó las llaves y Jungkook le agradeció amablemente. Tras subirse a su coche salió del estacionamiento, unos segundos después recibió la llamada de su abuelo, presionó el botón de la pantalla para aceptarla.
—Hola abuelo.
—Hola hijo, ¿ya estás almorzando?
—Estoy por ver a unos clientes, quedé con ellos para hablar de negocios. ¿Por qué lo preguntas?
—Nada, es que quería que comiéramos juntos. Ya sabes, que pasaras tiempo con este guapo anciano.
Jungkook negó con la cabeza y sonrió con diversión. No podía decirle que no a su amado abuelo.
—Está bien, me disculparé con ellos y después iré a la casa para que almorcemos.
—No planeaba comer en casa.
—¿Entonces? —detuvo el coche, el semáforo se había puesto en rojo.
—Hice una reservación en un magnífico restaurante.
—Pero a ti no te gustan los restaurantes.
—¡¿Cómo que no?!, yo amo la comida de restaurante.
—La amas pero es raro que quieras ir a un restaurante tan de pronto.
—Simplemente quiero ir a comer contigo.
—Bien, entonces pasaré por ti.
—No es necesario. Ya estoy aquí esperándote, te mandaré la dirección ahora mismo así que no tardes.
✧✦✧
—Hola Tae —saludó a su amigo mientras se dirigía al mostrador.
—Llegaste a tiempo, pensé que no vendrías.
—¿Y perder el dinero?, claro que no. No por nada trabajamos tantas horas.
Anoche habían pedido 150 cupcakes de último momento, Taehyung y Jimin pensaban en rechazar la oferta porque era mucho trabajo sólo para dos personas, sin embargo necesitaban el dinero así que dijeron que sí. Por ende trabajaron desde las 7 pm hasta las 5am.
—¿Cuánto tiempo tienes antes de volver?
—Menos de dos horas, así que vamos a apurarnos.
—Sí.
Jimin cargó a Ayla y Taehyung se fue rápidamente para sacar la camioneta que usaban de entregas grandes.
—Hola, mi amor —le besó la mejilla—, ¿cómo estás?, ¿me extrañaste? —la nena sonrió—. Yo también, no sabes cuánto —volvió a besarla.
Jugó con ella unos momentos antes de que Taehyung volviera a entrar a la tienda y tuviera que dejarla unos momentos en la carriola, eso sí, muy bien asegurada, mientras que ambos subían las cajas con los cupcakes a la camioneta. Al terminar cerraron la tienda.
—Esta vez te toca manejar a ti —dijo Kim.
—Manejé la última vez que hicimos la entrega de treinta pasteles. ¿No es más fácil decir que no te gusta manejar?
—Nop, porque estoy seguro que te toca a ti nuevamente —le quitó a Ayla de los brazos—. ¿Verdad que tengo razón? —Ayla rió—. ¿Ves? —le lanzó las llaves y Jimin las atrapó.
—Vamos pues —rodeó la camioneta hasta el otro extremo y cuando los tres ya estaban dentro emprendió la marcha.
Varios minutos después llegaron, se parquearon en frente y Jimin bajó de la camioneta.
—Hola, buenas tardes —saludó al chico de traje que estaba afuera.
—Buenas tardes, ¿a nombre de quién está su reservación?
—Ah no, no es por eso. Hicieron un pedido de cupcakes a mi pastelería y vine a dejarlos.
—Ah, claro. Disculpe, ¿será que puede ir a la puerta trasera del restaurante?, ahí está la cocina y ya los están esperando.
✧✦✧
Jungkook detuvo su auto luego de esperar a que el vehículo grande que tenía delante se moviera, entregó las llaves al valet parking y este se llevó el auto al estacionamiento.
—Buenas tardes, ¿a nombre de quién está su reservación?
—Buenas tardes, a nombre de Jeon Jungkook —contestó a la pregunta del chico.
Buscó el nombre en la lista y tras encontrarlo lo hizo pasar, ya dentro le mostró la mesa y Jungkook pudo visualizar a su abuelo.
—Se lo agradezco —el chico se retiró y el de cabello negro caminó hasta la mesa y se sentó en la silla—. ¿Ya comiste? —inquirió con sorpresa tras mirar algunos platos vacíos y una copa de vino casi vacía.
—Tardaste un poco más de lo esperado y tenía hambre, pero no te preocupes no comerás sólo.
Un mesero llegó a la mesa a levantar los trastes sucios y seguido irse.
—Claro que no —dijo Jungkook—. Te quedarás conmigo mientras almuerzo, es lo menos que puedes hacer por mí.
El abuelo soltó una carcajadas.
—No, yo no seré tu compañía.
—¿De qué estás hablando? —su abuelo se quedó callado con una sonrisa enorme en sus labios—. No puede ser —su abuelo asintió con la cabeza—. Otra cita a ciegas —estaba disgustado.
—Estoy seguro que la chica que escogí para ti te encantará, es más. Te pondrás feliz al verla.
Jungkook negó con la cabeza, enojado.
—Abuelo, te dije que ya no quería más citas a ciegas. ¿Por qué planeas esto sin siquiera decirme?
—Porque si te decía no ibas a querer. Hijo, cálmate y disfruta de esta cita.
—No, yo me iré de aquí —se puso de pie.
—Por favor hijo, haz esto por tu abuelo, te prometo que si no te agrada esta chica no volveré a intentar buscarte pareja.
—Pero abuelo, yo...
—Te lo pido, sólo esta vez. Anda, quédate.
Jungkook lo pensó unos momentos.
—Bien, está bien. Pero que esta sea la última vez que me traes a una cita con engaños.
—Genial, entonces ya me voy.
Sin perder el tiempo, el abuelo se puso de pie y se marchó del restaurante.
Pasaron unos cinco minutos cuando la chica llegó y se sentó delante de Jungkook. Él estaba distraído viendo su teléfono así que no notó la presencia de la chica, no hasta que ella habló y le dijo:
—¿Acaso no piensas saludarme?
"Esa voz" pensó Jungkook "Conozco esa voz"
Apartó su mirada del teléfono y al mirar a la chica, quien le sonreía, sintió una sensación de hormigueo en su estómago, pero definitivamente no era de felicidad, más bien todo lo contrario.
—Soomin —murmuró.
—Tanto tiempo, ¿cuánto ha pasado? —él se quedó callado—. ¿Cinco años? —dijo al no ver respuesta—. ¿Por qué no dices nada?
Ella sonrió entre dientes para luego llamar a un mesero, este se acercó a la mesa y les preguntó que iban a ordenar.
—Yo quiero pedir spaghetti a la carbonara —miró a Jungkook—. Y para él una sopa minestrone.
—¿Y de tomar qué pedirán?
—Vino.
—Claro, enseguida traeremos su orden.
Unos minutos más tarde el mesero llegó con los platillos y con las copas de vino, posteriormente se fue para que ellos pudieran comer. Soomin empezó a comer mientras que Jungkook ni siquiera había agarrado la cuchara.
—¿En serio no vas a comer?
—Odio las sopas.
—Ay, es verdad, es Doonhyu quien ama las sopas —dijo ella fingiendo sentirse culpable por haberse confundido, además pudo notar en la cara de Jungkook la incomodidad de él al haber mencionado aquél nombre—. ¿No te gusta que mencione a Doonhyu?
"No, claro que no me gusta" respondió Jungkook en su mente.
—¿Cómo has estado, Soomin? —inquirió para cambiar de tema.
—Mandar a tu abuelo a buscarme y engañarme sólo para venir a comer contigo es una jugada muy baja —habló con un tono de voz un poco elevado.
El de cabello negro negó con la cabeza.
—Yo no mandé a mi abuelo a buscarte.
—Vamos Jungkook, ya han pasado cinco años, ¿por qué no puedes olvidarme aún?
Jungkook frunció las cejas.
—¿Qué dices?
—Yo elegí a Doonhyu, soy muy feliz con él y que tú me sigas buscando en verdad que es muy tedioso. Si me senté en esta mesa fue por amabilidad y no porque quiera estar aquí contigo. Yo no te amo, ¿puedes entenderlo?
—¿Que te sigo buscando? —negó con la cabeza—. Claro que no, eso sería absurdo.
En ese momento llegó una de las meseras, con algunos bocadillos en la bandeja, entre ellos unos pastelitos, cupcakes y unos dulces artesanales italianos.
—Son cortesía de la casa.
—Muchas gracias —espetó Jungkook con una media sonrisa y la mesera se fue.
—¿Entonces por qué mandaste a tu abuelo a buscarme? —cuestionó mientras cruzaba los brazos y ladeaba la cabeza.
—No mandé a mi abuelo a buscarte, él lo hizo porque quiere que encuentre una pareja.
—¿Aún no has vuelto a tener pareja después de mí? Owww eso es tan tierno para mí, pero seguramente es tan lamentable para ti.
Habló de tal manera que Jungkook sintió que se estaba burlando de él, lo cual era cierto, y no lo podía permitir.
—Claro que tengo pareja —mintió.
—¿En serio? ¿Quién es?
—Eso no te importa.
—Ya veo, intentas engañarme.
—¿Por qué haría eso? Estoy con alguien y soy muy feliz.
—¿Cómo se llama?
El pelinegro se quedó un momento callado, tenía que pensar un nombre sólo que ninguno se le venía a la mente en esos momentos.
—¿Tan difícil es?
Jungkook abrió la boca para hablar pero volvió a cerrarla.
"Piensa rápido o ella sabrá que es mentira"
—Es obvio que no tienes pareja —se río, agarró la copa de vino y pegó un sorbo al líquido rojo.
Totalmente avergonzado bajó la mirada, pues haber dicho eso fue muy tonto de su parte y más cuando no tenía armada la mentira. Elevó su mirada y de reojo vio a una silueta muy familiar.
—¿Quieres conocer a mi pareja? —le preguntó y ella casi que tira el vino de su boca.
✧✦✧
Desde hace un rato que los empleados habían empezado a meter las cajas, sin embargo debido a que había mucha gente en el restaurante y tuvieron que irse y dejaron solo a una chica por lo que Jimin decidió ayudarle.
—¿Dónde dejo esto? —investigó a los empleados que se encontraban en la gran cocina.
—Sígame, los pondremos en la bodega —habló la chica, anteriormente mencionada, antes de que los demás pudieran responder a Jimin.
—Claro.
Jimin la siguió hasta la bodega y dejó la caja junto con las otras. Ambos siguieron metiendo las cajas hasta que luego de unas tres vueltas más terminaron.
—Esa fue la última —dijo el ojiazul.
—Muchas gracias por ayudarme.
—No fue nada.
—Aquí está el pago —le entregó el sobre con el dinero—. Cuéntalo por favor.
—No es necesario, seguro que está completo —la chica sonrió y asintió con la cabeza—. No dejen mucho tiempo los cupcakes en la caja.
—No se preocupe, se planea regalar los cupcakes a los comensales así que seguramente se acabarán muy rápido.
—¿De verdad?, que bueno. Espero y les gusten.
—¿Lo acompaño a la salida?
—Sí, gracias.
La chica encaminó a Jimin hasta la salida pero cuando estaba a punto de cruzar la puerta se dio la vuelta.
—¿Cree que pueda usar el baño antes de irme?
—Por supuesto, venga.
La empleada le mostró el baño a Jimin.
—Este es el que usa el personal.
Uno de los ayudantes del chef la llamó y le dijo que fuera rápido a la cocina. Que necesitaban que fuera a dejar algunos bocadillos a los comensales.
—¿Cree que pueda regresar solo?
—Sí, claro que sí.
—Bien, nos vemos y gracias por la ayuda nuevamente.
Mientras la chica se iba corriendo Jimin se dispuso a entrar, sólo que al parecer estaba ocupado. Rascó su cabeza, en verdad tenía ganas de ir al baño.
—¿Y ahora qué? —miró hacia varios lados—. ¿Será que puedo usar el que usan los clientes? —se preguntó—. Yo creo que sí.
Se dirigió hacia la parte delantera y se quedó parado buscando con la mirada los baños, sin embargo se distrajo un rato con el lugar, realmente era uno lujoso y la cantidad de gente que se encontraba comiendo parecía que era de la alta sociedad.
—Debe ser un buen restaurante —comentó Jimin y justo en la esquina visualizó los baños—. ¡Genial!
Se disponía a avanzar y alguien más lo detuvo sosteniendo su antebrazo. Él se giró creyendo que era alguno de los trabajadores.
—Ya me iba, sólo quería ir al... —se quedó callado al ver que no era un trabajador. Pero una sonrisa enorme se formó en sus labios—. ¡Jefe!
Jungkook soltó el brazo de su asistente.
—No esperaba encontrarlo aquí.
—Necesito que me hagas un favor.
—¿Un favor? —Jungkook asintió con la cabeza—. ¿De qué se trata?
El más alto empezó a caminar hacia la mesa llevando a Jimin consigo, sosteniendo su mano y sin decirle de que favor se trataba.
—¿Qué es lo que pasa? —investigó con confusión.
—Sólo sígueme la corriente —fue lo único que le dijo antes de llegar a la mesa donde Soomin se encontraba. Ambos quedando parados uno al lado del otro.
Jimin miró a la chica que se yacía sentada comiendo un cupcake, a ojos de Jimin ella era extremadamente linda, cada facción de rostro era perfecto y delicado. Su piel era pálida y su cabello era negro, tenía un vestido rojo el cuál hacia resaltar más su tono de piel.
—Esto si que está muy rico —dijo Soomin sin darse cuenta que tenía compañía, pero no tardó en hacerlo y cuando lo hizo dejó el cupcake sobre el plato y se paró rápidamente—. ¿Es él? —dijo lento y señalando con su dedo al bonito chico.
—Así es.
El ojiazul volteó a ver a Jungkook intentando decifrar el porqué lo había traído con esa chica y de qué estaban hablando ellos dos.
—¿En verdad es él? —no podía creerlo, lo miraba de pies a cabeza, en un momento ambos cruzaron miradas y
ni siquiera una chica la había intimidado tanto como los ojos azules de él. Es que eran bastante intensos y lindos—. ¿En serio es tu pareja?
—¿De qué está hablando? —le preguntó a Jungkook en voz baja, pero no recibió respuesta y en cambio su jefe lo acercó más a él haciendo que se sintiese un tanto confundido.
—Claro, es él de quién te había hablado.
Jimin al notar la mirada de la chica sobre ambos decidió relajar su cuerpo pues estaba inmóvil, tanto que parecía una estatua humana. También ocultó aquella incomodidad tras una cálida y alegre sonrisa. Ya luego le preguntaría a Jungkook qué estaba pasando.
—Supongo que sí decías la verdad, vaya, esto sí que es una gran sorpresa.
—Bien, si ya no tienes ninguna duda entonces nos iremos.
—Claro que tengo una duda, ¿él vino contigo?, es que no lo vi cuando llegué ni mientras estábamos comiendo.
El pelinegro se puso un tanto nervioso y sin querer apretó la mano del menor, Jimin tomó eso como una señal de auxilio así que este decidió contestar.
—Vine con él pero estaba en la cocina y por eso no me viste.
—¿Así que eres chef?
—Podría decirse, pero más bien...
—¿Trabajas aquí? —preguntó de prisa.
"Vaya, esta mujer sí que es muy preguntona" se dijo Jimin mientras observaba a la chica.
—Bueno, en realidad no trabajo aquí.
—¿Entonces qué hacías en la cocina si no trabajas aquí?
—Me temo que ya fueron muchas preguntas y tenemos que ir a otro lado. ¿No es así, amor? —intervino Jungkook para acabar con el interrogatorio de Soomin.
«Amor» repitió Jimin en su mente. Vaya, escuchar esa palabra sí que se sentía muy extraño para él. Incluso hasta se le revolvió el estómago.
—Sí, es verdad —contestó Jimin.
—Jungkook te pidió que me mintieras, ¿no? —ignoró lo anterior dicho por ambos—. ¿Son amigos o algo así y por eso le haces un favor? —desvió su atención a su ex novio—. No tienes que mentirme. Está bien que no puedas dejar ir a tu primer amor, osea yo, pero... ¿ya has intentado hablar con un psiquiatra?
A Jimin le fue inevitable no poner una cara de disgusto ante la actitud tan grosera y arrogante de esa chica. Miró a su jefe esperando a que le respondiera y no se dejara, pero este sólo permanecía callado, escuchando y sin hacer nada.
—Leí por ahí que ellos te ayudan con esos procesos —caminó unos pasos para acercarse a la pareja y darle unas palmaditas de consuelo en el hombro a Jungkook—. Deberías ir con uno así quizás puedas dejar ir el pasado —se alejó y volvió a sentarse.
El más alto sonrió sin haber creído lo que recién había dicho Soomin, negó con la cabeza y estaba a punto de responderle cuando Jimin se le adelantó.
—¡Oye! —le habló enojado, separándose de Jungkook y caminando hacia ella. También captando la atención de los presentes que rápidamente voltearon a verlos—. Dices que necesita un psiquiatra, probablemente todo el mundo necesita uno, pero tú —la señaló con el dedo—, definitivamente lo necesitas con urgencia.
—¿Qué? —dijo Soomin ofendida.
—Sí, necesitas un psiquiatra que te ayude con tu maldita arrogancia y la forma de tratar a las personas. Quizás sí fuiste alguien importante en su vida pero eso no te da derecho de decirle todas esas cosas feas. ¿Qué no te ha olvidado? ¡Claro que ya lo hizo! Está conmigo, ¿acaso no lo ves? Y somos muy felices —habló con mucha seguridad—. Él sólo estaba siendo amable contigo al quedarse comiendo y al dirigirte la palabra. Porque realmente ni siquiera mereces que se tome la molestia de verte o hablarte.
Los ojos de Jungkook estaban abiertos de par en par, se quedó totalmente mudo y atónito ante la reacción de su asistente.
—Si tu interrogatorio terminó entonces nos vamos —dijo Jimin, se dio la vuelta, caminó y agarró la mano del mayor para después ambos dirigirse a la salida.
—¿En verdad me olvidó? —se preguntó Soomin al mismo tiempo que los veía salir por la puerta—. No puedo creer que un chico haya hecho que me olvidara —volteó a ver hacia los lados. La gente la veía, se reían y murmuraban entre sí, ella apretó sus dientes y con sus manos cubrió los lados de su cara—. Tampoco puedo creer que me haya humillado delante de todas estas personas.
Una vez afuera Jungkook soltó la mano del menor y volteó a verlo.
—¡Tengo que irme! —dijo Jimin tras recordar que había dejado a Taehyung esperándolo dentro de la camioneta, así que se fue corriendo sin darle la oportunidad a Jungkook de decir algo más.
✧✦✧
—¿Por qué tardaste tanto? —inquirió su amigo.
Jimin pretendía contarle a su amigo, sin embargo pensó que no era el momento para hablarlo.
—Es que tuve que ir al baño —explicó mientras se ponía el cinturón de seguridad.
—¿Y te fuiste dentro de la taza? —dijo en un tono divertido mientras veía a Ayla, quien se había quedado dormida en sus brazos.
Jimin rió un breve momento.
—Ojalá, pero no. No pude entrar porque estaba ocupado y la persona que se encontraba dentro no se apuraba.
—Bueno, entonces pon el auto en marcha para irnos ya y así puedas ir al baño.
—Seguro —encendió el motor y pronto se alejaron.
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